Y en esta vida, eso es lo que tenemos: el problema del sufrimiento, un llamado a la Seguridad, y la evidencia para animar esa fe. Pero la historia no termina allí. Hagamos una última parada en nuestro tour de la Biblia: el libro de Tragedia.

En intención, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

Debemos seguir su ejemplo y ser valientes en nuestra Convicción, confiando en Dios para darnos el valor necesario para contraponer cualquier situación.

Al enfrentar la persecución, Jesús nos dice que no debemos temer a los seres humanos que pueden matar solo el cuerpo, sino al Señor que tiene el poder sobre el alma y el cuerpo.

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su apego en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.

La importancia de tener confianza en Dios es crucial para comprender la enseñanza de «valía más allá de cualquier cosa en este mundo».

Debemos estar firmes en nuestra Certidumbre y ser testigos valientes delante el rechazo de la Clan, sabiendo que Jesús nos inspeccionará delante su Padre celestial.

La próxima entrada en la Semana Santa es el inicio de la gran read more escuela de sufrimiento y abre un camino que nos permite releer nuestro sufrimiento. Una bella consejo de Luisa Restrepo

3. Vivir en devolución y entrega: Al reflexionar sobre el sufrimiento de Cristo, somos llamados a vivir una vida de reconocimiento y entrega a Dios. Conveniente a lo que Cristo hizo por nosotros, debemos reponer con aprecio y obediencia a su voluntad.

En Mateo 10:28, Jesús dice: «No temas a aquellos que matan el cuerpo, sino a quien tiene poder para arrojar al abismo. No es de más valor un cabellito de tu cabecera ante Dios». Esto nos enseña que no debemos tener miedo a los seres humanos que pueden matar nuestro cuerpo, sino temer a Dios y su proceso inmarcesible.

A pesar de las dificultades y el sufrimiento que podrían confrontar, es crucial recapacitar que valen más que cualquier cosa en este mundo, pues Dios cuida sus vidas desde los cabellos de su cabecera hasta el último detalle.

La astucia y sencillez son necesarias en todos los aspectos de la vida, pero especialmente en el ministerio del evangelio. Jesús quiere que sus discípulos sean sabios en manejar situaciones difíciles y ayudar su Certidumbre intacta. La astucia no es opuesta a la sinceridad; sino complementaria.

“Y el Dios de la esperanza los llene de todo Goce y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)

Parte de la experiencia del Resucitado que se le manifiesta en el camino a Damasco, y desde la gloria de la cruz se alegra de padecer por Jesús en favor de sus hermanos.